lunes, 25 de julio de 2016

LA VERDAD ENCUBIERTA SOBRE LA MAGIA NEGRA



« Ni la magia blanca ni la magia negra son como las entiende la superstición popular. »

Helena Blavatsky  (“¿Qué es la Teosofía?”) 

Para la mayoría de nosotros, el término “magia negra” evoca inmediatamente imágenes de brujas o cultos satánicos, o individuos realizando conjuros o rituales para controlar o dañar a otras personas. Y es cierto que este tipo de procedimientos forman parte de lo que se conoce como magia negra, pero hay muchos otros procedimientos de los que, aún siendo tal, no estamos realmente conscientes de su naturaleza.

Y de hecho, miles de personas decentes y bienintencionadas en el mundo son en realidad magos negros sin darse cuenta de ello, ya que muchas enseñanzas espirituales populares y prácticas usuales pertenecen completamente al ámbito de la magia negra.

¿Pero qué queremos decir con esto?

La definición de lo que constituye realmente la magia negra es: "el uso y aplicación determinados de la fuerza espiritual con un propósito egoísta o material".

En contraposición, la magia blanca es simplemente: "el uso y aplicación determinados de la fuerza espiritual únicamente para bendecir o beneficiar a los demás".

Y esta definición y postura sobre la magia negra no es única de la Teosofía, ya que también ha sido considerado así por las antiguas escuelas esotéricas de la mano derecha a lo largo de los siglos. Y en el pasado, cualquier aspirante espiritual que fuese sorprendido intentando usar poderes mentales o espirituales para atraer riqueza, posesiones o cumplir metas de realización personal, era expulsado sin contemplación del templo, monasterio, ashram o la comunidad espiritual que fuese.

Debido a que siempre se ha supuesto que el verdadero progreso en la vida espiritual, así como el camino del desarrollo interior del alma dependen de la caridad, del altruismo, de la humildad y de la dedicación de los poderes solamente para el beneficio de la humanidad, sin mencionar las normas éticas más nobles y la pureza conductual.

Y a parte de la Teósofía, todo esto lo encontramos también claramente expuesto en las enseñanzas de Buda, Krishna, Jesús, Hermes, Shankaracharya, Tsong Kha-pa, Lao-Tsé y otros maestros espirituales o reformadores mundiales que han aparecido en todas las épocas.

Durante siglos, las enseñanzas y prácticas tales como “la ley de atracción” y “la manifestación por medio del deseo” se mantuvieron en secreto con un manto de silencio y recato. Hasta que finalmente (y como la humanidad ya había alcanzado la cúspide del egoísmo y la obsesión por las ganancias materiales) dichas enseñanzas comenzaron a tener aceptación pública y popularidad, comenzando en el siglo XIX, y expandiéndose con gran rapidez y entusiasmo a medida que avanzaba el siglo siguiente.

Y debido a que el egoísmo y el deseo de tener poder y posesiones son aspectos muy arraigados en la psique occidental, a la gran mayoría de la gente con inclinaciones espirituales no les parece que puede haber algo malo o cuestionable en intentar “atraer una gran casa”, o “una pareja hermosa”, o “volverse millonario” mediante la visualización, la afirmación, el pensamiento positivo, así como los “paneles de sueños” y otros métodos. Pero sí hay algo indebido de actuar de esa manera porque eso representa la verdadera definición de lo que es la magia negra.

Básicamente, no hay nada malo en una persona que aspira a grandes cosas en la vida, pero cuando intenta aplicar definitivamente las fuerzas mentales o espirituales con tal de obtener o adquirir esas cosas, entonces la persona actúa como un mago negro.

Y con esto no estamos acusando a Rhonda Byrne o a sus colaboradores que lo ayudaron en la elaboración del libro “El Secreto” (Bob Proctor, Catherine Ponder, Charles Fillmore, Wallace Wattles, Ernest Holmes, Joseph Murphy, “Abraham-Hicks”), o a los instructores del “Nuevo Pensamiento” y otros escritores de ser personas o grupos siniestros o malos deliberadamente.  Lo que estamos diciendo (y basándonos en la autoridad tradicional de la Sabiduría Antigua) es que las enseñanzas y prácticas que promueven estos individuos son magia negra, a pesar de cuánto traten de encubrirla con tal de que parezca algo inocuo o inocente.

Incluso el más leve atisbo o aspecto de auto-realización o deseo personal, se manifiesta en algún tipo de ejercicio espiritual concerniente a la magia blanca o negra. Y es por ello que un antiguo proverbio tibetano citado por Helena Blavatsky dice que la línea que separa el camino de la mano derecha (magia blanca) del camino de la mano izquierda (magia negra) es “tan delgado como el hilo de una telaraña”.

Como vemos, todo el asunto reside en la importancia de que el humano se haya liberado completamente del egoísmo y del deseo, para que su fin exclusivo sea de ayudar y servir a la humanidad, ya que después de todo:

¡De eso se trata llevar una vida espiritual!

(Pero hay que precisar que esos humanos que se encuentran ya muy evolucionados, ellos están tan enriquecidos y engrandecidos por la energía divina que ya no necesitan satisfacer deseos terrenales para sentirse bien con ellos mismos.)

« Todo sufrimiento es causado por el deseo y todo deseo se origina por la ignorancia. Por consiguiente la muerte y sacrificio del deseo es la meta de todo esfuerzo espiritual. »

Éste es el mensaje de vital importancia perfectamente resumido por el Señor Buda en sus enseñanzas y anteriormente también mencionado por Krishna.




LA MAGIA SEXUAL


Existe otro camino en el que está transitando mucha gente en la actualidad y de manera inconsciente hacia el abismo de la magia negra, y ese es el ámbito de las prácticas sexuales tántricas.

Desde que ha sido astutamente “blanqueado” por sus principales exponentes (como otras formas de hechicería), muchos occidentales ingenuos se han hecho a la idea de que el tantra sexual es una parte integral de las religiones orientales, como lo es el hinduismo, pero se sorprenderían de saber que esa práctica es vista con desaprobación (e incluso repulsión) por la gran mayoría de los hindúes y que en ningún caso es representativa de esa noble religión.

El investigador promedio que dice tener interés en el tantra, sin duda reaccionaría con horror si supiera lo que es realmente. Y la evidente condena por parte del hinduismo en su conjunto hacia el tantrismo se encuentra demostrado por el hecho de que esa actividad (el tantrismo sexual) no aparece señalada en los seis Darshanas (que son las seis ramas de la filosofía hindú).

Helena Blavatsky meramente se hizo eco de los grandes Maestros Espirituales de todos los tiempos cuando enseñó que el tan llamado “uso espiritual” del cuerpo físico (o mejor dicho, el uso del cuerpo físico como instrumento para propósitos metafísicos) pertenece únicamente al área de la magia negra, ya que la utilización del cuerpo material es considerado (y con justa razón) totalmente irrelevante por los magos blancos o los Adeptos del camino de la mano derecha, pues sabemos que el cuerpo físico no es nada más que una cobertura externa.

El verdadero esoterismo oriental sostiene que todos los contenidos del sistema reproductivo tienen una conexión espiritual directa con sus arquetipos cósmicos, siendo de esta forma objetivos poderosos para la magia negra en el plano físico, y dichas metas por ende son consideradas impuras.

No hay nada malo con que dos personas busquen unión sexual (aunque la Teosofía sugiere que el único propósito del sexo es la procreación y no para satisfacciones sensuales o egoístas, lo cual produjo la caída y destrucción de la Atlántida y sus habitantes mediante la degradación del acto sexual y con ello el surgimiento del “placer solitario”), pero cuando la actividad sexual se realiza con el objetivo de utilizar las fuerzas o fluidos sexuales para fines mágicos, entonces se vuelve magia negra con todas sus letras.

Este tipo de práctica, según Blavatsky: “es el más terrible de los pecados kármicos”. Porque cualquier tipo de “magia sexual” se convierte automáticamente en hechicería.

Ahora bien, el lector que ha llegado hasta esta parte del artículo puede haberse formado la opinión de que los teósofos tienen por pasatiempo espiritual ser “aguafiestas”. Sin embargo, este no es el caso, pues el artículo se ha escrito con una preocupación genuina y sincera por la humanidad. Y mientras las raíces del deseo, la ambición personal, el egoísmo y la sensualidad sigan su loca carrera, sería muy poco realista esperar que mucha gente preste atención o considere los aspectos que se han expuesto aquí. No obstante, si incluso una sola alma se salva de ser presa de la magia negra luego de la lectura del presente artículo, estaremos satisfechos de que nuestros esfuerzos no hayan sido en vano.


(Observación: este texto es la traducción del artículo publicado por la Logia Unida de Teósofos de Inglaterra [link] y le doy un gran agradecimiento a Nicolás por haberlo traducido.)



Mi OPINIÓN AL RESPECTO

En lo personal considero que los teósofos exageran al afirmar que la magia utilizada para fines personales es magia negra. Pero no tanto porque a menos que la persona tenga una muy impecable ética, es muy fácil que ella termine por deslizarse hacia niveles cada vez más oscuros. Y es por ello que para darle más finura a la semántica, yo prefiero decir que la magia utilizada para fines personales es: “magia gris”.

Sobre la magia sexual, pienso que su “color” va a depende de lo que se haga con la energía sexual. Por ejemplo el maestro taoísta Mantak Chia enseña técnicas para hacer circular la energía sexual a través de la orbita micro-cósmica para fortificar y energizar nuestro cuerpo.


Lo cual me parece muy bueno y no le veo nada de “diabólico” en hacerlo.

Y en técnicas más avanzadas enseña a transformar la energía sexual en energía espiritual para de esta manera ir formando el “cuerpo de luz”, lo cual forma parte también de las enseñanzas elevadas del budismo y del esoterismo.



En cambio si van a utilizar la energía sexual para despertar los poderes psíquicos o para efectuar manejos mágicos indebidos, entonces ahí sí están entrando en la magia oscura.



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